Después de un tiempo pensando en adquirir un NAS comercial pensé que sería un proyecto interesante montar uno casero. Los que estuve viendo salían muy caros y no cumplían con mis necesidades.
En un principio pensé en montar uno con capacidad para dos discos duros, pero luego decidí que era mejor que pudiera instalar cuatro.
Rebuscando en mi almacén de despojos informáticos encontré una pequeña minitorre AOpen de la edición XCcube. Había sido un equipo de ofimática durante un tiempo pero ya estaba retirado por haberse quedado muy obsoleto. Desde el primer momento vi que con la configuración que traía no era posible acoplar los componentes que yo quería, así que hice un vaciado completo.
El frontal de la minitorre es este:
La foto es de antes de limpiar los dedazos… Al ser tan pulido y brillante, se ven todas las marcas.
Aunque no conservo fotos del proceso de desmontaje de la placa base que contenía originalmente sí que hice algunas nuevas que publico en esta entrada. La placa que traía era propietaria y era algo más larga que una ITX normal. La sustituí por una placa ITX estándar, concretamente la ASRock E350M1/USB3 (que comenté en mi entrada del 21/03/2013 nada menos!). Esta placa originalmente la iba a dedicar al HTPC al que originalmente iba dedicado este blog, pero por problemas de compatibilidades con el software y su ruidoso ventilador no resultó una buena elección.
El aspecto de la caja de la minitorre una vez vaciada y con la placa ASRock instalada es este:
A la placa le hice una pequeña modificación consistente en cambiar el ventilador que traía, que era muy pequeño y con poca capacidad por otro algo más grande. En esta foto puede verse el nuevo ventilador colocado encima del disipador:
Al ser más grande que el propio disipador sobresale un poco y llega hasta encima del disipador del chipset, pero no tiene mayor problema. Está fijado con un único tornillo directamente al disipador del procesador. En esta otra foto se ve cómo queda visto lateralmente:
Volviendo al tema de la caja, el exterior era totalmente negro pulido y era un imán para las huellas como le pasa al frontal. Pintar el frontal de blanco no me dio la sensación de que fuera a quedar bien, porque es todo de plástico. En cambio, la tapa, que era de aluminio sí que podría quedar bien pintada. Como la idea era ubicar el NAS como si fuera un electrodoméstico más en una pequeña galería que tengo en casa, pensé que quedaría mejor pintado de un color «blanco nevera». Como mi cuñado es un artista del aerógrafo me hizo el favor y me lo pintó. Lo dejó con un acabado blanco brillante que, en mi opinión, queda muy chulo. Además, aproveché para ponerle un ventilador grande, de 12 cm. De esta manera me aseguraba de que salía todo el aire caliente que iban a generar los cuatro discos duros encerrados en una caja tan pequeña.
En esta foto podéis ver el aspecto de la tapa una vez pintada y con el ventilador Antec de 12 cm instalado:
En la foto se aprecia un pequeño brillo y así os podéis hace una idea del acabado «blanco nevera» que comentaba anteriormente.
Por dentro, la tapa de la caja es así:
Escogí un ventilador Antec TrueQuiet 120 que tiene unas gomas (de cojor naranja en la foto) que reducen las vibraciones, aunque el NAS está ubicado en un sitio donde el ruido no es un problema. Al estar en una galería con la lavadora y la secadora, aunque el ventilador funcione a toda pastilla, el ruido no se oye dentro de casa, así que lo regulé a la máxima velocidad. También puse la velocidad del pequeño ventilador de la CPU al máximo. Curiosamente, el ventilador no se instala atornillándolo, si no con una especie de gomas elásticas que tienen topes y lo fijan perfectamente en su sitio sin necesidad de usar herramientas.
Siguiendo con las fotos de la caja por dentro, estuve dándole vueltas a la mejor manera de hacer que cupieran los cuatro discos que quería meter. No fue tarea fácil porque en un principio la caja estaba pensada para albergar una única unidad de disco y un lector de CDs. Rescaté un antiguo adaptador que tenía en casa para poder instalar discos duros de 3’5 pulgadas en el hueco de 5’25. Lo instalé en el lugar donde originalmente estaba el reproductor de CDs como se aprecia en la siguiente foto:
En la anterior foto se puede ver en la parte derecha el adaptador que comentaba. Tuve que doblar hacia abajo los ojales en los que se meten los tornillos en los que debería ir el disco duro de 3’5 para que el ventilador de 12 cm ocupara ese hueco y no chocara. Como decía antes, tuve que darle muchas vueltas hasta que conseguí que todo cupiera como yo quería. La maraña de cables es importante, pero luego conseguí dejarla más limpia.
En la siguiente foto podemos ver el adaptador y el apaño que hice para poder colgar de él los cuatro discos duros, que van montados en paralelo al frontal de la caja:
Simplemente taladré ocho agujeros lo suficientemente grandes para que cupieran los tornillos que roscan en el lateral de los discos duros. Los discos están «colgando» de ese lateral y en más de cuatro años de uso de momento no se han resentido. Sé que es mejor que estén atornillados por los cuatro puntos destinados a tal efecto, pero resultaba imposible. Al ponerlos de esta manera, me aseguraba de dejar aproximadamente 1 cm de separación entre ellos y así facilitar que el aire que extrae el ventilador circule mejor.
Aquí se puede ver otra imagen del apaño:
Y en una vista lateral observamos que la cosa queda así:
Como veis, los discos no quedan perfectamente alineados ni paralelos, lo cual es un pequeño problema, ya que la posición recomendada siempre es paralela a un plano. Lo mejor es que queden totalmente verticales u horizontales, pero no en diagonal. De todas maneras, como comentaba antes, ya he retirado el de 400GB y el de 1TB después de cuatro años de uso simplemente para sustituirlos por otros de más capacidad y más eficientes energéticamente.
Una vez puestos en la caja quedan así:
Lo que se ve en la parte más baja de la foto es la fuente de alimentación que traía la caja y se aprecia que aún queda bastante hueco para que el aire circule bien.
Desde un lateral la cosa queda así:
En la izquierda de la foto se ve la fuente de alimentación, en el medio los discos duros colgando y en la derecha el frontal negro de la minitorre.
Desde el otro lateral esto es lo que se ve:
Las etiquetas de papel están para identificar rápidamente los discos, porque si no, no se puede ver más que la tapa del que está más cerca de la fuente de alimentación.
Siguiendo con la revisión de la caja, en la trasera se ve esto:
Vemos que aunque la caja es bastante pequeña aún sería posible conectar al menos una tarjeta en la bahía PCI de la placa base.
Por último, vemos la parte inferior de la caja:
Simplemente es aluminio pulido, pero quería resaltar el detalle de esos dos pequeñas piezas que he puesto con la idea de colgar todo el equipo en dos tornillos en la pared. Hice un par de agujeros pasantes a la chapa y metí dos pequeños tornillos con tuercas autobloqueantes para que la unión fuera firme y duradera.
El NAS, una vez colgado en su ubicación definitiva queda así:
Está casi a la altura del techo, con una separación de unos 10 cm. Además, como se usa como NAS «headless» (es decir, sin monitor) por la parte trasera solo tiene dos cables: el de alimentación y el de red.
Como he comentado varias veces a lo largo de esta entrada, tengo funcionando el NAS desde mayo de 2013 hasta la actualidad y en todo este tiempo no he tenido mayores problemas. Las paradas técnicas que he tenido que hacer han sido para sustituir los discos de menor capacidad por otros Western Digital Green de 2TB y para cambiar la fuente de alimentación que se estropeó a los dos años. Teniendo en cuenta que esa fuente llevaba operando al menos otros 5 años cuando era un equipo ofimático, se puede decir que tuvo una vida útil bastante decente. Para sustituirla tuve que buscar un poco ya que una fuente ATX convencional no cabía en la caja. Encontré un formato llamado micro ATX / SFX. La fuente elegida fue una Tacens Radix ECO 400 que me dio un resultado malísimo. Lo comenté en mi entrada del 23/04/2013 – La fuente de alimentación para el HTPC (parte 2 de 2): Formato Micro ATX / SFX. Un tiempo después (sobre diciembre de 2015) la sustituí por otra SFX de marca desconocida que me ha estado dando muy buen resultado y que funciona perfectamente a día de hoy (junio de 2017).
Respecto al tema del software para el NAS, como ya comenté en la entrada de la Raspberry, hay muchísimos manuales en internet para configurar uno desde cero y hay varias alternativas gratuitas. Yo personalmente estoy muy satisfecho con OpenMediaVault. Llevo usándolo desde la versión 0.4 con muy buenos resultados. Actualmente van por la versión 3. No he tenido nunca ningún problema de pérdida de datos. Además, como se instala en un pendrive a parte de los discos, en el caso de tener que actualizarlo solo hay que modificar la instalación y los datos de los discos no es necesario tocarlos. En su página web hay un foro muy completo y con bastante actividad en el que puedes resolver casi todas las dudas que tengas. Además, la comunidad es bastante activa. Por lo tanto, no me voy a extender con la explicación de la instalación y configuración del software, ya que simplemente quería contar cómo es posible reutilizar algunos componentes para montar un NAS casero.